Cada vez que un medio tradicional se ríe de internet, es una risa de miedo. Por más que en mil conferencias sobre convergencia de medios se diga otra cosa, todos los que estamos en la industria de la comunicación sabemos que internet no ha venido a complementarse con los medios tradicionales, sino a destruirlos. En cada caso la acepción de destrucción será diferente. A veces será masacre pura, a veces será usurpación y transfiguración. Será el espinazo de algunos y el terminal de otros. Como en una película de terror, la red se nutre de las propiedades de sus víctimas.
El primero que sentirá su final -ya ha empezado- es la prensa gráfica. Su caso es especialmente doloroso, aunque pasemos varias décadas más leyendo columnas estúpidas sobre el vínculo afectivo de los lectores con el papel o la dificultad de leer en los monitores actuales, como si la esencia de un medio fuera su limitación física en un momento dado.
agosto 26, 2004
agosto 19, 2004
Google: All This Useless Beauty
La prensa tecnológica opera frente a los líderes del sector (Gates, Jobs, Fanning, Linus, Ellison) del mismo modo en el que los malos guionistas de Holywood dan forma a sus personajes: los estandariza bajo estereotipos repetitivos y fáciles de prever hasta volverlos inverosímiles.
Basta buscar, por ejemplo, biografías de Ellison en la Web. La inmensa mayoría de los artículos sobre el fundador de Oracle –hablo de los que se publican en los medios "serios" con periodismo profesional- dan vueltas sobre un número de características que difícilmente superen la media docena. (Y en el caso de Ellison todas basadas en este libro).
Los chicos de moda esta vez son Sergey Brin y Larry Page, fundadores de Google. Olvídelo. Si usted quiere aprender algo de ellos está perdido. Si quiere entender de qué va la historia de esta gente y en quienes están detrás de esta revolución, los medios tradicionales no van a satisfacer sus ansias.
Miles de sitios dan cuenta de la vida de esta gente y sin embargo todos caen en la misma estandarización: Larry y Sergei eran niños incomprendidos y ahora son jóvenes exitosos, LyS son brillantes pero arrogantes, LyS se conocieron universidades de prestigio, LyS odian a Microsoft, LyS odian el statu quo, LyS no llevan una vida lujosa sino que tienen vicios de lunáticos, etc. etc.
La web estállena de ejemplos y la entrevista que dieron a Playboy corona la fiesta.
No se trata enseñar a hacer el trabajo de nadie, pero muchos de los grandes medios que publican en la Web deberían replantearse qué clase de historias quieren contar y como deberían hacerlo.
Porque todo indica que mañana, cuando Google salga a bolsa, difícilmente entenderemos lo que significa que una empresa cuyo negocio se basa pco más que en un algoritmo matemático tenga una capitalización bursátil igual al PIB de varios países. En su lugar, asistiremos a otra mala representación repleta de lugares comunes.
Es una lástima que a veces Internet quiera parecerse al cine de Holywood en vez de a sí misma. Eso aporta resultados tan cutres como cuando cine independiente quiere parecerse al mal cine americano.
Basta buscar, por ejemplo, biografías de Ellison en la Web. La inmensa mayoría de los artículos sobre el fundador de Oracle –hablo de los que se publican en los medios "serios" con periodismo profesional- dan vueltas sobre un número de características que difícilmente superen la media docena. (Y en el caso de Ellison todas basadas en este libro).
Los chicos de moda esta vez son Sergey Brin y Larry Page, fundadores de Google. Olvídelo. Si usted quiere aprender algo de ellos está perdido. Si quiere entender de qué va la historia de esta gente y en quienes están detrás de esta revolución, los medios tradicionales no van a satisfacer sus ansias.
Miles de sitios dan cuenta de la vida de esta gente y sin embargo todos caen en la misma estandarización: Larry y Sergei eran niños incomprendidos y ahora son jóvenes exitosos, LyS son brillantes pero arrogantes, LyS se conocieron universidades de prestigio, LyS odian a Microsoft, LyS odian el statu quo, LyS no llevan una vida lujosa sino que tienen vicios de lunáticos, etc. etc.
La web estállena de ejemplos y la entrevista que dieron a Playboy corona la fiesta.
No se trata enseñar a hacer el trabajo de nadie, pero muchos de los grandes medios que publican en la Web deberían replantearse qué clase de historias quieren contar y como deberían hacerlo.
Porque todo indica que mañana, cuando Google salga a bolsa, difícilmente entenderemos lo que significa que una empresa cuyo negocio se basa pco más que en un algoritmo matemático tenga una capitalización bursátil igual al PIB de varios países. En su lugar, asistiremos a otra mala representación repleta de lugares comunes.
Es una lástima que a veces Internet quiera parecerse al cine de Holywood en vez de a sí misma. Eso aporta resultados tan cutres como cuando cine independiente quiere parecerse al mal cine americano.
agosto 18, 2004
We, the Media, Just Don't Want to Make Comments Right Now
We the Media
Curioso, pero con todo el ruido que se está haciendo en Internet sobre el nuevo libro de Dan Gillmor, el blog oficial de la movida, mantenido por el propio Gillmor, tiene solo dos comentarios de usuarios en los ocho posteos publicados por el autor hasta el momento. Lo peor es que el primer comentario era solo para avisarle al escritor que había olvidado incluir un link, y el segundo es del propio Gillmor agradeciendo el mensaje.
Curioso, pero con todo el ruido que se está haciendo en Internet sobre el nuevo libro de Dan Gillmor, el blog oficial de la movida, mantenido por el propio Gillmor, tiene solo dos comentarios de usuarios en los ocho posteos publicados por el autor hasta el momento. Lo peor es que el primer comentario era solo para avisarle al escritor que había olvidado incluir un link, y el segundo es del propio Gillmor agradeciendo el mensaje.
agosto 09, 2004
¿Music laundering?
Con la llegada de servicios de radio streaming gratuitos que determinan la mejor programación para el usuario basándose en la colección de archivos MP3 que este tiene en su ordenador (y asumiendo que el intercambio gratuito de música por Internet es un delito, como sostiene la industria discográfica), se me ocurre un sistema para que los fuera de la ley blanqueen sus activos musicales.
El procedimiento es sencillo: sacar una cuenta en Last.fm, descargar el plug-in de Audioscrobler para el reproductor multimedia favorito del usuario, crear una playlist .m3u gigantesca con toda las canciones disponibles en el ordenador, reproducir la lista completa por única vez para transferir las preferencias al servicio de radio online y, finalmente, borrar todos los ficheros ilegales y dedicarse a escucharlos a través de una radio personalizada totalmente legal.
Ojo: no es una propuesta; pura especulación.
El procedimiento es sencillo: sacar una cuenta en Last.fm, descargar el plug-in de Audioscrobler para el reproductor multimedia favorito del usuario, crear una playlist .m3u gigantesca con toda las canciones disponibles en el ordenador, reproducir la lista completa por única vez para transferir las preferencias al servicio de radio online y, finalmente, borrar todos los ficheros ilegales y dedicarse a escucharlos a través de una radio personalizada totalmente legal.
Ojo: no es una propuesta; pura especulación.
agosto 08, 2004
Wi-Fi: El largo camino del escritorio a la sala de estar
Una categoría emergente en el mercado de productos digitales para el hogar es el de los Wireless Digital Media Receivers, es decir, adaptadores que permiten integrar el home stereo o el televisor a una red Wi-Fi. Esto es posible porque estos adaptadores, en lugar de tener la acostumbrada interfaz PCMCIA o USB para conectar cualquier aparato informático a la red, tienen conectores analógicos de audio y vídeo. Una vez que el stereo o el televisor están enganchados a la red, se convierten en receptores del contenido multimedia (canciones, vídeos, fotos) que cada vez con más frecuencia encuentran en la PC su lugar natural de almacenamiento.
Se trata de una categoría inmadura, y en consecuencia su oferta es aún inestable. Una primera oleada de equipos llegó a las grandes tiendas de Estados Unidos en la segunda mitad de 2003. No solo había una gran cantidad de modelos de una gran cantidad de marcas, sino que las características de cada equipo diferían mucho del resto. Algunos modelos tienen control remoto, otros ofrecen una pantalla LCD para informar la selección del usuario y otros usan el mando remoto para controlar la selección del usuario a través del televisor, como una ingeniosa manera de navegar remotamente el contenido de la PC. Casi todos requieren software propietario y limitan su capacidad de reproducción a ciertos formatos y no a cualquier sonido o imagen generados desde la computadora, lo que, entre otras cosas, permite escuchar en el living una colección personal de MP3 pero no sintonizar remotamente un servicio como Yahoo! Launchcast.
La mayoría de las empresas que han avanzado en este nuevo mercado son nativas de la industria del hardware en general y del hardware de redes en particular (Linksys, D-Link, NetGear, Creative), lo que puede ayudar a explicar las torpezas de funcionalidad descriptas arriba. Pero esto también indica que los que deberían estar reclamando este nuevo mercado para sí -los fabricantes de equipos electrónicos para el hogar- no han notado la oportunidad. El lanzamiento del AirPort Express por parte de Apple Computer -un adaptador Wi-Fi multipropósito que incluye conectores de audio y vídeo y funciona integrado con iTunes- podría marcar el comienzo de un cambio. No debe de faltar mucho para que Philips, Sony, Samsung y compañía aparezcan con sus propios modelos. Si estas empresas hacen el razonamiento correcto y respetan sus raíces, lo que deberían ofrecer no es una nueva oleada de simples adaptadores Wi-Fi para equipos de audio y vídeo, sino equipos de audio y vídeo con Wi-Fi incorporado.
Se trata de una categoría inmadura, y en consecuencia su oferta es aún inestable. Una primera oleada de equipos llegó a las grandes tiendas de Estados Unidos en la segunda mitad de 2003. No solo había una gran cantidad de modelos de una gran cantidad de marcas, sino que las características de cada equipo diferían mucho del resto. Algunos modelos tienen control remoto, otros ofrecen una pantalla LCD para informar la selección del usuario y otros usan el mando remoto para controlar la selección del usuario a través del televisor, como una ingeniosa manera de navegar remotamente el contenido de la PC. Casi todos requieren software propietario y limitan su capacidad de reproducción a ciertos formatos y no a cualquier sonido o imagen generados desde la computadora, lo que, entre otras cosas, permite escuchar en el living una colección personal de MP3 pero no sintonizar remotamente un servicio como Yahoo! Launchcast.
La mayoría de las empresas que han avanzado en este nuevo mercado son nativas de la industria del hardware en general y del hardware de redes en particular (Linksys, D-Link, NetGear, Creative), lo que puede ayudar a explicar las torpezas de funcionalidad descriptas arriba. Pero esto también indica que los que deberían estar reclamando este nuevo mercado para sí -los fabricantes de equipos electrónicos para el hogar- no han notado la oportunidad. El lanzamiento del AirPort Express por parte de Apple Computer -un adaptador Wi-Fi multipropósito que incluye conectores de audio y vídeo y funciona integrado con iTunes- podría marcar el comienzo de un cambio. No debe de faltar mucho para que Philips, Sony, Samsung y compañía aparezcan con sus propios modelos. Si estas empresas hacen el razonamiento correcto y respetan sus raíces, lo que deberían ofrecer no es una nueva oleada de simples adaptadores Wi-Fi para equipos de audio y vídeo, sino equipos de audio y vídeo con Wi-Fi incorporado.
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