septiembre 10, 2006

The Big Lebowski en la palma de la mano

En primer lugar, la experiencia de ver una película completa en un dispositivo de vídeo portátil (Archos AV500) ha sido aceptablemente exitosa. Dado que no tengo registro y que mi viaje diario de casa al trabajo requiere un buen rato en transporte público (autobús + metro + Cercanías), mi caso es un buen ejemplo del "commuting user" al cual se supone que van dirigidos estos servicios de entretenimiento para llevar.

Primero, el dispositivo: el Archos AV500 es un bonito aparato. Pesa y mide como dos reproductores MP3 de disco duro, pero todavía cabe en un bolsillo de abrigo. Se enciende y apaga con razonable rapidez, lo que permite interrumpir el espectáculo cuando hay que cambiar de vehículo. Una función "reanudar" en el menú principal permite recuperar en un clic la reproducción de la película en el punto exacto en que uno la había dejado.

La unidad se controla con dos juegos de botones a la derecha de la pantalla. Una vez que uno se acostumbra a ellos, la operación es fácil, pero el nivel de abstracción es importante y tuve que dedicar varios días de uso cotidiano para encontrar algunas funciones básicas (como el volumen) y habituarme a ellas.

La pantalla es más pequeña que la del AV700, pero precisamente por esto la definición de imagen es mayor. El sonido está bien, pero no estaría de más un poco más de potencia de salida. Un usuario "on the go" suele enfrentar entornos ruidosos.

La calidad de reproducción en formatos .mpg y .avi es satisfactoria (720x576 a 25 f/s (PAL)), pero cuando (como en mi caso) lo que se está viendo es un fichero .wmv protegido con DRM, los máximos bajan a 352x288 a 30 f/s y 800 KBit/s, la mitad de lo que es el estándar de hoy en descargas digitales de pago a PC. No obstante, la definición de pantalla hace que casi no se noten pixelados, pero mejor no intentar conectar el Archos a un televisor para ver el contenido, porque la calidad lucirá inferior incluso a un VHS.

La conclusión más importante es que ver la película completa en este dispositivo es una experiencia aceptable. Más allá de mi interés por la tecnología, hay que decir que en materia de cine siempre me he resistido a todo lo que no sea ver películas en salas. El VHS y el DVD me parecieron siempre métodos un poco infames, y si estoy probando con dispositivos portátiles es porque he llegado a ellos a través de la música.

Hice la prueba con una versión de The Big Lebowski descargada de Pixbox. Aún siendo una versión doblada al español y pese a las interrupciones forzadas (vi la película en una semana, haciendo sesiones diarias de 20-30 minutos), he mantenido una impresión general bastante sólida del ritmo dramático y la estructura general del film. Supongo que esto será más fácil en unas películas que en otras. Siempre está la posibilidad de retroceder un poco para retomar el hilo argumental o revisar partes que no hayan quedado claras por los sobresaltos que el espectador sufra durante su viaje. Al final, la sensación es bastante similar a la de leer en el transporte público.

Quizás la mejor prueba que esta forma de visión tiene sentido es que estoy dispuesto a seguir viendo películas así. de hecho, ya he empezado con la segunda (Cry Baby).

No sé si tiene mucho sentido comentar un film estrenado hace ocho años, pero en todo caso he publicado mi opinión aquí.

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