Una de las consecuencias más obvias del uso intensivo de Internet es el aumento en el tiempo dedicado a la lectura. Pero, ¿qué clase de lectura?
No la lectura como fin, sino como medio. La lectura en Internet es una forma de desplazamiento. Es el vehículo para llegar al dato buscado. Preguntas cómo "¿qué diarios lees?" hoy no tiene sentido. Hace 10 años, leía un par cada día. A través de una palmtop, de un newsreader o de alertas por email, ahora leo decenas, y estoy en contacto potencial con cientos. Con tanta energía dedicada a la función operativa de leer, la próxima causa perdida es, adivino, preservar el ejercicio de la lectura por placer.
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